viernes, 18 de febrero de 2011

GRACIAS POR SER AMIGOS

Gracias a Dios, a la ciencia y a vuestro apoyo estoy de vuelta y en buen estado.

Ya sabía que tenía amigas y amigos, pero me habéis sorprendido. No os puedo contestar a todos porque sería casi imposible han sido cientos de mensajes; unos animándome, otros mostrando la satisfacción por los buenos resultados; y, los más para demostrarme el cariño que me tenéis.

Esto no paga con nada, ni se consigue en un día; es el fruto de muchos años de trabajo, de muchos años de lucha mutua, de hacer realidad proyectos que parecían imposible. Siempre, y lo sabéis, he sido la persona exigente, que os repetido hasta la saciedad que podemos conseguir las cosas que nos propongamos. Muchos ya lo habéis hecho, otros estáis en el camino, y aún quedan los que tienen que decidirse.

Entre las muchas llamadas que he recibido está la de un profesor, compañero y gran amigo de Málaga. Se extrañaba que mis alumnos, exalumnos y familiares me deseasen que “todo fuera muy bien”. Me pidió el secreto y se lo dije en pocas palabras: “Ama a tus alumnos”. Muchas veces a los profes nos da vergüenza de decir que queremos a nuestros alumnos. Lo raro sería no quererlos. Pasan más tiempo con nosotros que con sus familias; si somos capaces de abrirles el corazón, seguro, que no sólo enseñaremos sino que educaremos. Cada uno de vosotros, de vosotras tenéis un montón de cualidades, sólo hay que buscarlas y ponerlas a trabajar. Siempre me he sentido responsable de mi trabajo; por mis manos pasaban “muchos futuros” no me podía dormir. A veces, las ocasiones no se repiten.

Me acordé de todos antes de entrar al quirófano y os di las gracias a todos cuando salí. Estoy seguro que vuestros pensamientos positivos me ayudaron.

Además de mis alumnos y exalumnos he recibido de amigos, de paisanos, de compañeros, de todos.

Todos esos mensajes más o menos decían lo mismo, pero cada uno le daba su toque personal. Si soy sincero, y siempre lo he sido, os diré que me sacasteis algunas lágrimas. Esas lágrimas eran de agradecimiento. Me sentía pagado porque recibía mucho y, quizás no he dado tanto.

Si ganas tenía de volver a la rutina diaria, más tengo ahora, simplemente, porque os quiero.

Un abrazo.

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